Hace unos días asistí a unas proyecciones audiovisuales de autorretratos de mujeres inmigrantes participantes en el taller “Cartas desde la distancia”, impartido por Jean Castejón y Belén González desde su Asociación Mirada Compartida.
Las directoras de los cortos me resultaron fácilmente reconocibles a su llegada. Pura emoción y nervios. No creo que fuera tan sólo fruto de su estreno en el mundo del documental, sino más bien por estar a punto de compartir su alma con un puñado de desconocidos.
Me encantó, y no fue magia como dice la primera definición de la RAE, me quedo con la segunda: “ganar la voluntad de alguien por dones naturales”. Un lenguaje sencillo y cero pretensiones artísticas, sólo ellas, desde su pequeña y honesta mirada.
A veces el arte me embriaga por su belleza y prescindo del contenido, pero al mínimo descuido estético desaparece el embrujo, resalta la vacuidad y detrás, el enfado por haberme perdido en una estafa. En cine, como en la vida, hay demasiados minutos como para aguantar una mentira.
Cuando el creador no es verdadero, se nota, no llega, y ni el mejor director de foto sumado a Meryl Streep pueden disimularlo. Ir por el mundo con un personaje construido aburre, es mediocre y prescindible. Me quedo con las nueve chicas de Jean y Belén.
Los cánones de belleza estrangulan la libertad y la diversidad, no hay margen de error. Decía Víctor Hugo que lo bello sólo tiene un tipo, lo feo tiene mil. Para mí no dejan de ser cánones, por más grotesco que se me presenten. Apareció la fealdad como acto rebelde y necesario para reivindicar la esencia que se había descuidado por el camino, pero en el mismo momento en que lo feo cayó en garras de la moda, se volvió a perder de vista la esencia. Me causa la misma asepsia el perfil de barbie televisiva de productor machista y mercantilista, que el esperpento cinematógrafico de creador original y provocador, aunque éste último por lo menos me divierte.
Estas “Cartas desde la distancia” quizás no apliquen a bello, ni siquiera a feo, pero es de lo más verdadero que he visto últimamente.
Las directoras de los cortos me resultaron fácilmente reconocibles a su llegada. Pura emoción y nervios. No creo que fuera tan sólo fruto de su estreno en el mundo del documental, sino más bien por estar a punto de compartir su alma con un puñado de desconocidos.
Me encantó, y no fue magia como dice la primera definición de la RAE, me quedo con la segunda: “ganar la voluntad de alguien por dones naturales”. Un lenguaje sencillo y cero pretensiones artísticas, sólo ellas, desde su pequeña y honesta mirada.
A veces el arte me embriaga por su belleza y prescindo del contenido, pero al mínimo descuido estético desaparece el embrujo, resalta la vacuidad y detrás, el enfado por haberme perdido en una estafa. En cine, como en la vida, hay demasiados minutos como para aguantar una mentira.
Cuando el creador no es verdadero, se nota, no llega, y ni el mejor director de foto sumado a Meryl Streep pueden disimularlo. Ir por el mundo con un personaje construido aburre, es mediocre y prescindible. Me quedo con las nueve chicas de Jean y Belén.
Los cánones de belleza estrangulan la libertad y la diversidad, no hay margen de error. Decía Víctor Hugo que lo bello sólo tiene un tipo, lo feo tiene mil. Para mí no dejan de ser cánones, por más grotesco que se me presenten. Apareció la fealdad como acto rebelde y necesario para reivindicar la esencia que se había descuidado por el camino, pero en el mismo momento en que lo feo cayó en garras de la moda, se volvió a perder de vista la esencia. Me causa la misma asepsia el perfil de barbie televisiva de productor machista y mercantilista, que el esperpento cinematógrafico de creador original y provocador, aunque éste último por lo menos me divierte.
Estas “Cartas desde la distancia” quizás no apliquen a bello, ni siquiera a feo, pero es de lo más verdadero que he visto últimamente.
Hola Carlota, comparto todos esos sentimentos que manifiestas, este tipo de trabajos se deberia de difundir tanto en los medios autoctonos para que estos supieran que lo que vinieron fueron PERSONAS y no mera "mano de obra" con sus vivencias, sus sentimientos, sus logros, nunca fracasos, l@s que les fue mejor y digamos menos mejor( pero nunca fracaso) y tambien en los medios de origen, para que l@s que esten con la idea o duda de dar el salto a la aventura tengan una idea mas real de lo que les espera, pues l@s que estan aqui muchas veces por verguenza( u otras causas) no dicen la verdad de como les ha ido, induciendo a error a much@s de los que luego dieron el salto al charco.
ResponderEliminarNi todo es tan dulce como muchas veces cuentan, ni tan terrorrifico como otr@s cuentan, ha de saberse la verdad.
Un admirador del documental y lo que representa